En un lapso de tiempo sin precedentes en la historia, se aprobó la vacuna contra el Covid-19, el Coronavirus que durante 10 meses se esparció por el mundo amenazando la salud y el bienestar de la comunidad mundial.
¡Pero el antídoto surgió!
En Diciembre 11, del 2020, con 300,000 muertes en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó la vacuna de Pfizer, la primera en la nación seguidas por Moderna y Johnson & Johnson.
¡ La distribución fue inmediata!
El 16 de Diciembre 5 trabajadores de la salud del Condado Teton recibieron las primeras vacunas.
“Yo solo sentí el dolor del piquete,” recordó Rachael Wheeler Coordinadora de la Respuesta de Emergencia del Departamento de Salud del Condado Teton, quien aseguró haber recibido la vacuna del Covid-19 durante las primeras semanas de su distribución.
Pero la rapidez con la que se condujo la producción de las inmunizaciones causó preocupación en millones de personas, incluyendo a algunos residentes del Condado Teton.
“No te voy a mentir, si estaba un poco aprensivo. ¿No será que la desarrollaron más rápido?,” se preguntaba Rogelio, a quien llamaremos solo por su primer nombre por no contar con un estatus legal en el país.
Consternación similar en otras personas que se hizo viral por las diferentes plataformas sociales, dando cabida a múltiples teorías de conspiración, entre ellas, la inserción de un microchip, o la alteración del ADN por medio de las vacunas del Covid-19. Teorías desechadas por completo por Rachael Wheeler mencionada anteriormente y Shellie Rubrecht, traductora, ambas representando al Departamento de Salud del Condado Teton.
“No hay ningún microchip en la vacuna y la vacuna no altera el ADN, porque no entra al núcleo de la célula que es en donde se encuentra el ADN,” explica Wheeler.
Testimonios y datos oficiales con los que Rogelio aseguró estar de acuerdo.
“No hay que creer muchas cosas en esta nueva era de los medios, en donde todo mundo opina porque es gratis,” declaró Rogelio.
Simultáneamente, este padre de familia ,confesó haber tenido muchos miedos a la hora de decidir si ponerse o no la vacuna, pero su necesidad, fue mayor que cualquier temor.
“Por mi situación, desde el inicio de la emergencia tuve muchísimos problemas porque no puedo obtener los beneficios del gobierno y me vi en la necesidad de salir a trabajar,” dice Rogelio.
Armándose de valor dejó que el amor fuera su mayor motivación.
“Mi esposa es inmunodeficiente y mis hijos están pequeños, así que lo que me pudiera pasar a mi saliendo a trabajar no hay problema, pero infectar a mi familia o hacerle daño a alguien más por no haberme cuidado, es algo que no hubiera podido perdonarme,” enfatiza Rogelio.
En los primeros días de Junio, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) por sus siglas en inglés, registraron cifras de poco más del 50 por ciento en la administración de la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 a nivel nacional en Estados Unidos, pero solo alrededor del 42 por ciento de la población estadounidense habría recibido la segunda dosis.
Durante el mismo periodo, el condado Teton reportó una cifra de alrededor del 65 por ciento entre la comunidad completamente vacunada.
Cifras que tanto a nivel nacional, estatal y local, los funcionarios de salud intentan incrementar eliminando la desinformación.
Aunado a este obstáculo, otro factor negativo se agrega a la trama, se trata de la falsificación de las tarjetas de vacunación.
“Hemos escuchado y entendemos que esto pudiera estar pasando, pero esto no ayuda a nadie,” dicen Wheeler y Rubrecht.
Para combatir la desinformación y falsificaciones Wheeler y Rubrecht explican, que el departamento de Salud se encuentra trabajando directamente con organizaciones comunitarias para explicar los beneficios de recibir la vacuna del Covid-19 entre la comunidad latina.
“Estamos hablando con los empleadores para pedir que le den un día a sus trabajadores para recuperarse de los síntomas que les pudiera dar con la vacuna,” afirman Wheeler y Rubrecht.
Reacción que asegura Rogelio, su esposa experimentó.
“Mi esposa se vacunó y ella sí tuvo una reacción terrible. Yo me puse nervioso antes de la primera dosis, algo Psicosomático, yo esperaba sentirme mal pero fueron solo minutos pero la verdad No me pasa nada y el riesgo de que yo me vaya a morir por eso, es casi inexistente,” recuerda Rogelio.
Otro golpe bajo para el virus, es la aprobación de la vacuna para adolescentes a partir de los 12 años. Por lo que en los planteles escolares se mantiene el uso obligatorio de la mascarilla.
Aun cuando la recomendación del uso del cubreboca ya se ha relajado en el estado de Wyoming, los empleadores y dueños de negocios aún pueden solicitar también el portar la mascarilla al interior de sus locales.
“Porque no puedes ir preguntando si la gente ya se vacunó,” explican Wheeler y Rubrecht.
Con estas estrategias, el departamento espera que sean cada vez más las personas que como Rogelio opten por la inmunización que los proteja del covid-19 a ellos y a sus seres queridos.
“Los beneficios pesan más que los posibles detrimentos. Yo me puse a investigar y vi que no era como que me iba a mutar o me iba a salir el tercer ojo,” dice Rogelio.
Los expertos estiman que al menos 70% de la población del país tendrá que estar vacunada para conseguir inmunidad colectiva, punto en que el virus puede ser metido bajo control y meta que el presidente Joe Biden quiere alcanzar para el 4 de Julio.